PERDÍ MI VIRGINIDAD ¿Y AHORA? (PARTE 2)

28.5.19

Bethany Beal

Ella tenía la reputación de una prostituta y un historial para respaldarla. Si Dios iba a usar a una mujer para impactar la historia de maneras asombrosas, no debería haber usado a esta mujer. ¿Por qué Dios la usaría a ella, una prostituta, cuando había tantas otras mujeres bien “ubicadas” alrededor? No conocemos todos los detalles de la historia de esta mujer, pero sí sabemos que fue usada por Dios.

Rahab, la prostituta, fue la madre de Boaz (el marido de Ruth) y la bisabuela de David (un hombre conforme al corazón de Dios). De hecho, Rahab tuvo el honor de ser una de las pocas mujeres en el linaje de Jesús. Rahab la prostituta, la mujer que había regalado su cuerpo como una forma de ganar dinero, fue elegida para estar en el linaje de Jesús. Le dieron uno de los mayores honores que cualquier mujer a lo largo de toda la historia podría haber recibido.

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Dios eligió usar a una mujer imperfecta, con un corazón arrepentido, para lograr cosas asombrosas.

Desearía que, como mujeres cristianas, nos detuvieramos para recordar historias como las de Rahab. Desearía que nos detuvieramos y recordemos las mujeres que Dios eligió usar para los propósitos del Reino. En el blog de hoy, quiero que paremos y pensemos. Si luchas con culpa, vergüenza, miedo o dolor por tu propia virginidad perdida, tengo una palabra de esperanza para ti.

Tu valor no tiene nada que ver con tu virginidad o con perder tu virginidad.

Tu valor no tiene nada que ver con tus buenas o malas obras. Tu valor no tiene nada que ver con tu reputación. Tu valor no tiene nada que ver con lo que hayas hecho o harás. No puedes ganar tu valor y no puedes perder tu valor.

Tu valor se encuentra total y completamente en el amor que Dios te ha dado a través de Su Hijo perfecto, Jesucristo.


Tristemente, el enemigo, Satanás, quiere desesperadamente que tú y yo paguemos por nuestro pecado. Él quiere que creas que tu pecado es tan malo que Dios nunca podría perdonarlo. Quiere que creas que Jesús está tan avergonzado, triste y decepcionado contigo. Él quiere que creas que Dios realmente no te ama. Él quiere que creas que tu valor como mujer está atado a tu propia perfección y santidad.

Tenemos algunas palabras para el enemigo. ¡No, Satanás!

Su futuro es seguro (lea sobre el futuro de Satanás) y conocemos al Rey Verdadero que reinará por los siglos de los siglos. Rechazamos las mentiras del enemigo y no le dejaremos destruir nuestras vidas. Tenemos un Dios que tendrá la última palabra. Tenemos un Dios que envió a Su Hijo perfecto, Jesucristo, a pagar por nuestros pecados de una vez por todas. Él tiene todo poder, toda autoridad, todo control, toda soberanía, todo reinado, todo derecho, todo el amor perfecto y todo el plan para nuestro futuro.

Escucha esta verdad fuerte y clara.

Dios amó a cada uno que envió a su hijo, Jesús, a morir en la cruz por nuestros pecados. Él no envió a Jesús a morir por personas perfectas, santas y rectas. ¡No! Él lo envió a morir por los pecadores imperfectos. Él envió a Jesús a la cruz para pagar por cada pecado que has cometido y cometerás.

Por favor, no pases el resto de tu vida viviendo culpable por los pecados por los que Jesús ya pagó el precio.

No tienes que pagar el precio final. Jesús lo ha pagado. Puedes tener perdón verdadero y duradero por cualquier cosa que hayas hecho. No importa cuán horrendo fue, Dios te perdonará.

“Si confesamos nuestros pecados, Dios, que es fiel y justo, nos los perdonará y nos limpiará de toda maldad” (1 Juan 1.9)

Piensa en la vida de Rahab (lee más sobre su historia aquí). Si ella hubiera creído la mentira de que Dios solo usaba “buenas chicas” y “personas perfectas”, el mismo linaje de nuestro Salvador se vería diferente.

Afortunadamente, ella pudo aceptar el perdón de Dios y continuó viviendo una vida increíble para Dios. Eso es lo que quiero para ti. Quiero que camines en el perdón que Dios te está ofreciendo. No vivas tu vida tratando de pagar por tu propio pecado. Acepta la obra que Jesús ya ha hecho y avanza en libertad. Sí, puede haber pruebas terrenales, desafíos y cicatrices que llevamos debido al pecado pasado. Pero, eso no nos define y no impide que Dios nos use de manera enorme e impresionante.

También te aliento a leer, la primera parte de este blog, para ayudarte a obtener aún más sabiduría y verdad en esta área.

Hablemos.
¿Qué te impide caminar en libertad?
¿Elegirás aceptar el perdón que Dios te ha ofrecido? 
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Texto original en inglés del blog Girl Defined, traducido y editado con permiso por el equipo del blog Chicas en la Verdad. Texto para lectura en portugués.

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