AQUÍ VAMOS...
20.2.19Karen Szymanski
Levantarse temprano, si eres de las que van de mañana, o levantarse tarde pero comer rápido, si eres de las que se van a la tarde o incluso si estás trabajando todo el día, eres de aquellas que se van a la noche.
Sí, estamos aquí de nuevo, el año lectivo en casi todas las escuelas, colegios o facultades de América Latina comenzó de nuevo.
El uniforme, si usas uno, vuelven, los cuadernos o notebooks van a ser usados de nuevo, los diferentes colores de lápices o bolígrafos para adornar nuestro bello cuaderno (el cual comienza con una letra bonita pero a mitad del año necesitamos de un intérprete para entenderlo, sí ya me pasó eso).
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Aquí vamos de nuevo, un año más, pero dejame hacerte una pregunta, o mejor dicho varias...
- ¿Este año será la misma cosa?
- ¿Este año para ti será igual a los otros o peor?
- ¿Y sí este año ocurre una revolución en nuestra vida y cambiamos nuestro “común año lectivo” y hacemos que valga la pena?
Si estás leyendo este post, tengo un desafío para tí...
Si quieres que tu año, y no sólo en la escuela o el colegio, o incluso la facultad, valga la pena, vas a necesitar más que horas de estudio y tiempo de lectura, no estoy diciendo que eso no sea importante, créeme, es muy importante, pero son actitudes que muchas veces no permanecen por falta de perseverancia y porque tú y yo somos seres humanos que se desaniman fácilmente.
Si quieres un cambio duradero tienes que ir a aquel que permanece para siempre y nunca se desanima, para continuar firme y animada a lo largo de este año, necesitas de Jesús.
La Biblia, la Palabra de Dios nos dice que separados de él no podemos hacer nada...
“Yo soy la vid y ustedes son las ramas. El que permanece en mí, como yo en él, dará mucho fruto; separados de mí no pueden ustedes hacer nada” (Juan 15.5)
Vas a estudiar, estudiar y estudiar, pero si te olvidas de Dios al final eso no va a valer la pena, quedarás cansada fácilmente, no tendrás ganas de seguir estudiando, lo harás por obligación y no como una forma de adoración.
Espera...
- ¿Forma de adoración? (¿Jajaja es un chiste?)
- ¿Cómo puedo adorar a Dios estudiando biología, matemáticas o incluso historia?
Sí, si puedes adorar a Dios estudiando, así como puedes adorar a Dios trabajando, así como puedes adorar a Dios en la iglesia, porque Dios no sólo es Dios en la iglesia él lo és en todas partes y se merece nuestra adoración en todas partes.
Ah, entendí, entonces tengo que cantar mientras estudio? O más fácil, tengo que ponerme mis audífonos y escuchar el albúm completo de un cantante cristiano?
Jaja. Sí, puede ser, pero la concentración será un poco más díficil. La forma correcta de adorar a Dios es cuando lo hacemos desde nuestra mente y nuestro corazón.
“Por lo tanto, hermanos, tomando en cuenta la misericordia de Dios, les ruego que cada uno de ustedes, en adoración espiritual, ofrezca su cuerpo como sacrificio vivo, santo y agradable a Dios. No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente. Así podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta” (Romanos 12.1,2)
Cuando Pablo, el autor de la carta a los Romanos, escribió estos versículos lo hizo a continuación del siguiente versículo:
“Porque todas las cosas proceden de él, y existen por él y para él. ¡A él sea la gloria por siempre! Amén” (Romanos 11.36).
Sí, todo es para Dios, y debemos adorarlo, ya sea cuando hablas, piensas, o haces algo, sea en tu casa, en la escuela o en la iglesia, recuerda, si eres hija de Dios y crees en él, ahora le perteneces y debes vivir para él.
“Reconozcan que el Señor es Dios; él nos hizo, y somos suyos. Somos su pueblo, ovejas de su prado” (Salmo 100.3)
Cuando estudias? Trabajas? O haces algo? Cuál es tu motivación? Dónde está tu corazón y tu mente cuando haces las cosas? Porque si no está en Dios, no lo estás adorando... Necesitamos así como Pablo lo dijo, renovar constantemente nuestra mente y nuestro corazón para la gloria de Dios, pues eso es nuestro culto (adoración) todos los días. La verdadera adoración comienza en la mente y en el corazón.
Vuelve la próxima semana para ver 8 formas prácticas de hacer que este año valga la pena y nuestra adoración sea sincera.
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